Prácticamente todos los niños y las niñas en España van a la escuela. Pero, ¿van todos los niños en las mismas condiciones a clase? ¿de qué sirve que un niño disponga de un aula y un profesor si le faltan los libros o apenas ha podido desayunar?
La tasa de riesgo de pobreza y exclusión afecta a casi 1 de cada 3 de los niños y niñas en España. Si no se toman medidas urgentes estaremos condenando a las futuras generaciones. Más de una cuarta parte de los niños y las niñas en España seguirán creciendo en pobreza en la próxima década. Seguiremos pagando a futuro las consecuencias de nuestra miopía actual.
Los niños y las niñas que viven en España se enfrentan a no pocas dificultades. Se encuentran entre los que ven la pobreza más de cerca que cualquier otro en Europa, están en riesgo de sufrir distintos tipos de violencia o son invisibles ante las administraciones, como aquellos que han llegado a nuestro país y todavía no tienen su documentación en regla.
UN PROBLEMA MUNDIAL
La pobreza infantil se refiere a la situación en la que se encuentran niños y niñas que viven en hogares con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. Estas necesidades incluyen alimentación adecuada, vivienda digna, acceso a servicios de salud, educación de calidad y otros elementos esenciales para un desarrollo integral.
Las consecuencias de la pobreza infantil:
- Salud y desarrollo: Los niños y niñas que viven en la pobreza tienen mayor riesgo de sufrir malnutrición, enfermedades, retraso en el crecimiento y problemas de aprendizaje.
- Explotación y violencia: La pobreza aumenta la vulnerabilidad de los niños a la explotación laboral, la trata de personas y la violencia.
- Círculo vicioso: Los niños y niñas que crecen en la pobreza tienen menos posibilidades de salir adelante en la vida, perpetuando el ciclo de pobreza en las generaciones futuras.
A pesar de los avances, 58 millones de niños en el mundo no tienen acceso a la educación. Pero demás, incluso dentro del sistema educativo, muchos se enfrentan a la exclusión, asistiendo a instituciones segregadas, sufriendo algún tipo de discriminación en las aulas o aprendiendo de profesores sin la capacidad o, en muchos casos, sin la voluntad de responder a la diversidad de sus necesidades educativas.
Somos testigo en todo el mundo de cómo la pobreza está privando a las niñas y los niños de oportunidades educativas. Sabemos que la educación tiene una fuerza extraordinaria para compensar la pobreza y la desigualdad."
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